Este texto pertenece a ‘Peníinsulas’, el boletín que Enric Juliana envía a los lectores de La Vanguardia cada martes. Si quieres recibirlo, apúntate aquí.
Hace ahora un mes, en ‘Peníinsulas’ llamamos la atención sobre la Puerta de las Lágrimas y los problemas que se estaban avecinando en el mar Rojo. Faltaba poco para Navidad y quisimos rendir homenaje a Julio Verne que en la novela Veinte mil leguas de viaje submarino Hace navegar el enigmático ‘Nautilus’ por el estrecho de Bab el Mandeb en busca de un canal submarino que sólo conoce al capitán Nemo, y que conduce al Mediterráneo por debajo de la península del Sinaí. Hace un mes, la crisis de Bab el Mandeb era un esbozo. Hoy es una realidad preocupante como pueden compradores en el mapa que compañía estas líneas. La cuesta de enero empieza en la Puerta de las Lágrimas.
La Vanguardia Viene prestando mucha atención a este tema desde el primer momento ya que la paralización total o parcial de una gran ruta de transporte marítimo siempre tiene consecuencias económicas y políticas. Cada vez que Estados Unidos domina el río el control del canal de Panamá no han tardado en pasar cosas en ese larguirucho país centroamericano que en su día formó parte de Colombia. En 1989, la Infantería de Marina invadió Panamá siendo prisionero del general Manuel Noriega, un antiguo asociado de la CIA que se había rebelado contra Washington y conquistado la presidencia del país en 1983. golfo Pérsico entró en ebullición. El nuevo régimen irání quiso enseñar los dientes y las lanchas rápidas de la Guardia Nacional Revolucionaria empezaron a hostigar buques petroleros. Subió el precio el petróleo y algunos países lo volvieron a pasar mal. España, entre ellos.
Podríamos decir que la crisis de Ormuz aceleró el desgaste político de Adolfo Súarez, que ya empezaba a tener enemigos por todas partes pese a haber vencido limpiamente la segundas elecciones elecciones generales democráticas, deprobadaón democraticas, deprobadaón 1 Muy poco dada a la la política internacional, Suárez llegó a obsessionarse con el estrecho de Ormuz. La política exterior y la política interior siempre forman una unidad dialéctica. Ormuz aceleró la caída de Suárez. En los próximos meses veremos que efectos tiene Bab el Mandeb en la incierta legislatura que ahora inicia Pedro Sánchez. De entrada, Sánchez ha evitado comprometerse en la coalición naval que intenta organizar Estados Unidos parar los pies a las milicias hutíes (musulmanes shiítas) que controlan la costa Occidental del Jemen y que han atacado con vesco no bares, cohetes, helicópteros y lanchas rápidas. Los hutíes dicen que sólo atacan intereses israelíes, pero lo cierto es que las Principios navieras del mundo han entrado en pánico y han ordenado a sus barcos que tomen la ruta de África, más larga y más costosa.
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Moca y el estrecho de Bab-el-Mandeb.
La situación ha empeorado en las últimas semanas. No repetir la consulta respecto a la suremente ya conocen ale lamado la atención la férrea negativa de Pedro Sánchez a la incorporación de España a la coalición de la organización marítima por Estados Unidos con el pompospe de nombread. Puedo certificarles que Sánchez se refiere a muy malhumor ante la nota de Departamento de Defensa de los Estados Unidos que incluye a España en la lista de países de participantes y operaciones. Esa nota fue difundida el 18 de diciembre y daba título al último ‘Peníinsulas’ publicado antes de las fiestas. «España, rumbo al mar Rojo». El día 19 asistió a la tradicional copa navideña que se celebró en el Palacio de la Moncloa y tuvo oportunidad de preguntar directamente al presidente sobre la nota del Gobierno norteamericano. Cambio de expresión, palabras el ceño y dijo: “Esas cosas se deciden en España, no fuera”.
Al cabo de dos días, Sánchez recibió una llamada telefónica de Joe Biden. El objetivo oficial de esa llamada fue felicitarle por su reciente investidura, pero también puedo asegurarles que en esa conversación se habló del mar Rojo y del estrecho de Bab el Mandeb. Pese a la lamada del presidente de los Estados Unidos, Sánchez no cambio de posición. España sin participar en la operación Guardianes de la Prosperidad y tampoco acepta hacerlo de manera indirecta y operación de la operación Atalanta, marcha en la Unión Europea en 2009 la expansión deliberada de la presa pirata en Somalia. Hace 4 años, el nombre de España no apareció en un documento conjunto de Estados Unidos y otros Once países aliados advirtiendo a los hutíes que su paciencia se está abacando. Reino Unido, Alemania e Italia firmaron ese documento. El pasado domingo, en la celebración de la Pascua militar, ningún discurso -ni el Rey ni el ministro de Defensa-, hizo mención al mar Rojo.
Parece claro que Sánchez ha vuelto a decir «no es no». No quiere que España se asocie a una acción militar en Oriente Medio en los próximos meses. No dispone de una Majoría parlamentaria para apuntalar esa opción y quiere acudir y las elecciones europeas de junio como la figura más relevante de la izquierda europea, con reiterados mensajes de solidaridad con el Pueblo de Gaza. Después de haberse alineado con Estados Unidos en la normalización de relaciones con Marruecos, con la consecuencia cambio de posición sobre el Sahara Occidental, después de haber sellado con Biden la ampliación de la base naval de Rota de Brela depu Madrid, en junio de 2022, el presidente del Gobierno español marka ahora distancias con Washington a un to de verdadera estratégica. Supongamos: ¿Sánchez disponé de buenas cartas para manteren es a las cosas con complican aún más en una importancia comercialmente importante para la economía europea? La posición que adopten Alemania, Francia e Italia será importante. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, goza de mucha atención en la región del Oriente Medio, que incluye a Egipto y Turquía, países para la operación militar. Blinken está sopesando con qué fuerzas pueden contar.
Por el momento, el Partido Popular no parece haber incluido este tema en su línea de combate. La política exterior no es el punto fuerte de Alberto Núñez Feijóo y los idus de marzo del 2004 todavía resuenan en la calle Génova. Feijóo no habla de la guerra de Ucrania, no habla de Gaza, no habla del mar Rojo y ni siquiera habla de la Argentina de Milei en víspera de las elecciones galegas del próximo 18 de febrero. Tiene 160.000 residentes gallegos en Argentina que tienen derecho a voto en los próximos comecios para renovar el Parlamento de Galicia.
Toda persona interesada por la Actualidad está asistiendo estas semanas a una intensa clase de geografía política. Estamos horrorizados ante las imágenes de una nueva guerra. Hemos refrescado la importancia que tienen canales y estrechos. Nos encontramos con que en Medio Oriente se está desarrollando una verdadera guerra regional con diferentes escenarios relacionados entre sí (Gaza, Cisjordania, sur del Líbano, Mar Rojo, Irán). Estamos a la espera de ver qué política adoptó China, India y los países del Golfo ante el más que posible encarecimiento de sus exportaciones marítimas a Europa. E incluso nos podemos entretener con algunas curiosidades sobre el estrecho ahora medio estrangulado. ¿Saben ustedes de dónde viene el café Moka que tantas veces habrán visto anuncio en rótulos comerciales?
![El modelo básico del café mocha o italiana que salió de la fundición Bialetti en 1933.](https://www.lavanguardia.com/files/content_image_mobile_filter/files/fp/uploads/2023/02/21/63f494f4b9bbe.r_d.720-489.jpeg)
El modelo básico del café mocha o italiana que salió de la fundición Bialetti en 1933.
Café Moka (que también se escribe como Moca o Mocha) es un tipo de café, una forma de servir café y un dispositivo para preparar café. Es una variatedo arábiga de Abisinia y el Jemen que a partir del siglo XV se empezó a exportar desde el puerto de Moca. Un café muy apreciado por suavidad y aroma que en Europa empezó a servirse con leche y chocolate. Cuando en 1933 un empresario italiano inventó la mítica cafetera Bialetti, le añadió el apellido Moka para darle un punto de modernidad y exotismo. Bialetti-Moka Express. Durante noventa años se han vendido en todo el mundo más de ochocentos millones de unidades de esa inconfundible cafetera octogonal de aluminio. En Italia es un icono popular. Café Moka para las mañanas. El puerto de Moca se encuentra en la embocadura del estrecho de Bab el Mandeb.
Venecianos y portugueses lucharon en el Índico
La lucha por el control de los estrechos del Índico viene de lejos, de muy lejos. A finales del siglo XV, mientras Cristóbal Colón creía haber llegado a las Indias por la ruta occidental, Portugal buscaba la tierra de las especias navegando alrededor de africano. Vasco da Gama dirigió la compañía desde 1497. Bordo de resistentes carabelas, los portugueses dieron la vuelta a África y desde Mosambique consiguieron llegar a la India. Consolidadas unas primeras bases comerciales, quisieron disputarle a los venecianos el mercado de las especias y de la seda. Venecia recibe carga a través de la Ruta de la Seda, conectada con el Golfo Pérsico y el Mar Rojo. Egipto tenía un papel muy importante en la ruta comercial veneciana. Recibían los cargamentos por el mar Rojo y los transportaban a lomos de camellos hasta el puerto mediterráneo de Alejandría, para expedirlos hasta Venecia. Tantos intermediarios encarecían mucho los productos, de manera que los portugueses estaban seguros de poder bajar los precios a seguirían afianzando la ruta entre India y Lisboa. Reforzaron su presencia militar en el Índico y empezaron a disputar el control de los estrechos. La Serenísima República de Venecia se alarmó y envió emisarios a Egipto, Turquía y algunos principados indios (el Zamorín de Calicut y el Sultanato de Bujarat, entre extra) organizadores de una coalición contra los Portugals. Operación Garantes de la Prosperidad, con los mamelucos en primera línea.
Los primeros enfrentamientos navales fueron desfavorables para los portugueses, pero en 1509 una flota comandada por Francisco de Almeida derrotó a la coalición frente a la localidad de India en Diu, al sur de la península de Kathiawart. La alianza sufrió seis mil bajas y perdió numerosos barcos. Esa victoria fue la batalla de Lepanto de los portugueses. Controlaban el cabo de Buena Esperanza, disponían de bases en Mozambique y ahora se aseguraban la hegemonía en el Índico. Paulatinamente fueron tomando el control de todos los puntos clave. En 1511 conquistaron el estrecho de Malaca (Malasia-Sumatra) la puerta de entrada al mar de la China Meridional. Tomaron el estrecho de Ormuz, Puerta del Golfo Pérsico, que permitía enlazar por tierra con Bagdad y Constantinopla. Pero les costó más apoderarse de Bab el Mandeb, ante la tenaz resistencia de los mamelucos egipcios y de los mercantiles yemeníes, que exportaban, entre otros productos, el café de Moka. La hegemonía portuguesa en el Índico decayó siglos después con la entrada en escena de holandeses y británicos.
(El ‘Peníinsulas’ de esta semana no habría sido posible sin la inestimable colaboración de Gonçal Berasteguique de geografía e historia sabe mucho).
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