Con la rutina y el estrés del día a día, a menudo no se da el suficiente valor a uno de los actos más básicos y placenteros de nuestras vidas: comer. Tampoco a todas las personas que trabajan para que se coma bien, sano y se disfrute a diario. Pero “lo ordinario es lo verdaderamente extraordinario”, en palabras del gastrónomo Toni Massanès. Y esa cotidianidad es la que ha premiado esta noche el canal Comer de La Vanguardia en una gala celebrada en el hotel W de Barcelona a la que han acudido reputados cocineros del panorama nacional.
Superado el peor momento de la pandemia, ya en el 2021, Comer celebró sus primeros premios como espacio de encuentro entre colegas de la gastronomía que por culpa de la covid no se habían podido juntar. Pero la radiografía de la tercera edición que se ha celebrado esta noche demuestra que los premios Comer se han consolidado como la fiesta de reencuentro anual entre amigos de la restauración que se vuelven a abrazar después del verano y que se desean lo mejor en el nuevo curso que arrancan. La edición de hoy ha estado dedicada a la periodista Brunella Vásquez, quien fue parte fundamental del equipo de Comer y que falleció hace pocos días tras largos meses de enfermedad.
En su 20.º aniversario
Comer reconoce la labor científica y gastronómica de la Fundació Alícia
El primer galardón de la noche, la C de Comer, ha sido el premio a la Ciencia que ha anunciado el chef Joan Roca y ha ido a las manos de la Fundació Alícia. El laboratorio fue el primero en reunir la investigación gastronómica, el rigor científico y el compromiso social, y este año cumple 20 consagrados a la innovación junto a cocineros y cocineras, escuelas, hospitales y geriátricos, sin olvidarse de los pequeños productores y el mundo rural, para hacer que la cocina sea más sana, buena y sostenible para todos. “Nosotros quisimos llevar la cocina extraordinaria al día a día, y esta no recibe estrellas, pero hay abrazos de familiares de enfermos o pequeños campesinos que valen más”, ha expresado Toni Massanès, director de la fundación.
Con la misma sensibilidad hacia el mundo rural, Lucía Freitas ha emprendido un camino de complicidades y de empoderamiento mutuo entre las mujeres que no tiene vuelta atrás. Lidera desde Santiago de Compostela, donde se encuentra su restaurante A Tafona, un proyecto que muestra la gastronomía real, cotidiana y extraordinaria de Galicia a través de los rostros, las historias y el trabajo artesano de muchas mujeres. Esto le ha valido el premio al Origen que ha recibido esta noche, por su autenticidad y compromiso y por su iniciativa Amas da Terra que Fina Puigdevall (Les Cols) ha definido como “única y revolucionaria” al anunciar el galardón.
De forma excepcional, Eduard Xatruch, Mateu Casañas y Oriol Castro (de los restaurantes Disfrutar y Compartir) han decidido subir hoy al escenario, “sin dudarlo”, para entregar al fotógrafo Francesc Guillamet el premio a la Mirada. A través del arte de la fotografía y desde su complicidad y sensibilidad, Guillamet se ha convertido en testigo y notario de las creaciones de algunos de los más conocidos restaurantes del país, como El Bulli, El Celler de Can Roca o, en la actualidad, Disfrutar.
Comer también ha querido poner la mirada en la sala, ese lugar en el que camareros y camareras y jefes y jefas de sala desempeñan un papel fundamental para la experiencia gastronómica. El premio especial a la Mesa ha ido a parar a las manos de Montse Serra, “por su trabajo discreto y perseverante, su vocación de cuidar y su búsqueda de la excelencia en Miramar”, ha expresado con cariño su marido Paco Pérez, chef de este restaurante en Llançà.
Del Cap de Creus a València para reconocer la labor de un chef convencido de que existe una alta cocina sostenible, que dio un giro radical para situar el ingrediente en el centro y que sigue sus ritmos al margen de las tendencias y las apariencias: Ricard Camarena. Para él ha sido el galardón que ha anunciado Xavier Pellicer, dedicado a la Esencia, la base para hacer lo extraordinario y que tan bien ha sabido encontrar junto a su cómplice, Mari Carmen Bañuls, en el restaurante que lleva su nombre y en el que impera la filosofía del menos es más.
Ferran Adrià, la persona que cambió el relato en la gastronomía y que hoy ha avanzado que está trabajando en un nuevo proyecto, ha sido el encargado de anunciar el ganador del premio Relato Gastronómico, la única categoría fija, abierta a la participación de los lectores y dotada con 3.000 euros. Este año, el reconocimiento ha sido para el lector Manuel Ruiz de Luzuriaga, que ha conquistado al jurado con su texto titulado Una de romanos.
Uno de los momentos más emocionantes de la noche ha llegado con el homenaje sentido a un maestro de la cocina que ha conseguido transmitir como nadie a través de la televisión la ilusión de cocinar en casa. Karlos Arguiñano ha recibido el premio Especial 2023, que ha anunciado un año más Jordi Juan, director de La Vanguardia , acompañado de Adrià. Un premio consensuado que reconoce su labor en hacer que cocinemos y nos cuidemos, no como una obligación sino contagiados de su pasión por los fogones. “Llevo 55 años en el sector y mínimo voy a seguir dos más. ¿A quién le renuevan el contrato a los 75?”, ha bromeado el cocinero vasco. Y fue su humor, y el de Carlos Latre, el que ha provocado risas entre los invitados y ha demostrado lo divertido que puede ser cocinar.