De lo más duro que existe en la vida es cómo un familiar no reconoce a los suyos. Los enfermos van perdiendo facultades, se olvidan si han comido, si han dormido, si tienen frío o calor. Es realmente comprobar cómo languidecen. Su mirada va perdiendo sentido, se fija en el suelo. Que hablen es cada vez más costoso. Se llama alzheimer y es la enfermedad que no ha querido mostrar David Bisbal en un emocionante vídeo que está circulando por las rede sociales.
“¿Sabes quién soy?”, le pregunta el cantante a su padre. Silencio. “Me han contado que fuiste boxeador”, añade. Primera respuesta: “Y de los buenos”, su pasión sí la recuerda. Bisbal, habituado ya a la enfermedad, sabe cómo tratarle: “Mi padre también fue boxeador”. “¿Qué nombre tenía?”, le pregunta. “José Bisbal Carillo”, responde el hijo. “Ese soy yo”, dice don José. “Claro, ese eres tú. Es que tú eres mi padre. Es que no te acuerdas de mí. Ya sé que no te acuerdas de mí pero yo sí me acuerdo de ti”, afirma el artista.
Me encantaría darle ahora mismo un súper abrazo a @davidbisbal 🫂🥺💔 pic.twitter.com/DUneAPrvjt
— robecruz (taylor’s version) (@robecruz13_) October 20, 2023
El cerebro de estos enfermos no es capaz de reconocer a sus hijos ni a sus nietos, pero sí de recuperar esa memoria a largo plazo para recordar algún detalle de su juventud, una poesía o una canción. El padre de Bisbal no sabe quién es David ni por qué está ahí, a su lado, pero sí mantiene la letra de “Ay Almería, Almería tierra noble/ fuente de la inspiración…”.
Ninguna familia elige que uno de los suyos pueda caer enfermo de alzheimer o con demencia senil. Nadie escoge tener un dependiente en casa o tener que trasladarlo a una residencia. Algunos van viendo la involución en el enfermo y a otros se les presenta la mala fortuna una mañana o una tarde desgraciada. Hay que hablar claro: el sistema en España no está preparado para que alguien con pocos recursos pueda atender a un dependiente.
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David Bisbal es un afortunado en este sentido, pero hay miles y miles de familias que no lo son. Por eso es imprescindible elevar, junto a la investigación, la inversión en cuidados. Blindarla. No añadir más sufrimiento, en definitiva, al que supone la pesada losa de ver a un padre o a una madre en esta situación.
No es normal que cobrar una prestación por dependencia conlleve más de un año y medio de trámites. Si España quiere ser un país de primera división, debe cuidar cómo merece a quienes nos dieron todo para ser lo que somos.
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