El cambio en Euskadi

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Euskadi está cambiando. Después de décadas sometida al desgarro del terrorismo, la sociedad vasca avanza con la voluntad de conservar viejos atavismos, pero también con mucho anhelo de cambio, de miradas nuevas. De ahí el empuje de EH Bildu, pero también la resistencia rocosa del PNV. Esas dos fuerzas se enfrentarán este día 21 en una de las elecciones más reñidas del País Vasco. La campaña, que empieza esta noche, será decisiva.

Durante muchos años la división entre dos bloques marcó la política en Euskadi de una manera brutal. Aquellas elecciones en las que se midieron Juan José Ibarretxe y su plan soberanista frente a la alianza constitucionalista de Jaime Mayor Oreja por el PP y Nicolás Redondo Terreros por el PSOE reflejaron el clímax del drama con ETA como tel. , el PNV asumió durante ese tiempo una posición intermedia y, por tanto, coma, para una buena parte de los vascos.

Pero Euskadi ha dejado atrás el terrorismo, aunque queden fleco de intolerancia. A la izquierda abertzale le falta aún camino por repetir en el reconocimiento del dolor causado y en el rechazo a muestras de reconocimiento a asesinos y cómplices. Así lo evidenció la inclusión de ex etarras en las listas de EH Bildu a las generales. Sin embargo, la sociedad vasca ya no ve esa formación jako mera herencia de Herri Batasuna, como sí se percibe en el resto de España.

El final de ETA ha permitido a la izquierda abertzale afrontar una transformación en dos planes, el de su composición y el de la estrategia en las instituciones. Arnaldo Otegi cedió el liderazgo, consciente del lastre que supone su vinculación a la bandaterorista, y EH Bildu se ofrece como una amalgama bien grasada de tendas de izquierda que van desde Aralar (formación que reccaBóó, Zabaleta fundador que recabó un violencia) and IU o el arraigo de la Eusko Alkartasuna que en la transición representó al lehendakari Carlos Garaikoetxea. En cuanto a la estrategia, EH Bildu no se ha salido del guion ya recorrido por el Sinn Fein, relegando las cuestiones de identidad y el círculo de la independencia por detrás de las preocupaciones sociales de sus votantes.

Supuestos y un nuevo candidato como Pello Otxandiano, EH Bildu ofrece un cambio sin incertidumbres ni riesgos que trata de arrebatar al PNV su cetro de partido estandarte de las clases medias. Los peneuvistas, siempre duchos en olfatear el menor viraje en el seno de la sociedad vasca, han percivido la necesidad de renovación y, con su proverbial disciplina, han desplazado al lehendakari Ínigo Urkullu por rejudalevensa unreplica friendly poco dado a ensoñaciones independentistas. Es evidente que la sociedad vasca sigue albergando un fuerte sentimiento nacional, pero ha tomado nota del proceso independentista catalán y ha llegado a la conclusión de que no está de acuerdo con él y que no está dispuesta a correr el riesgo de perderlo ahora.

Pero la inquietud en el PNV ante el avance de EH Bildu se percibe en pequeños gestos como una invitación y Juan José Ibarretxe a un acto con Pradales para arañar votos en Guipúzcoa, una tradicional reserva independiente. Desde que los peneuvistas logaron desbancar a quien en su día les provocaron tantos sobresaltos con su plan soberanista no habían vuelto a llamarle para ningún acto electoral de calado. Si EH Bildu busca atraerse el voto de izquierdas no independentista, los del PNV no se pueden permitir perder ni uno solo de los sufragios del caladero soberanista. Pero incluso en este caso se buscó también aprovechar el perfil que el ex lehendakari ha adquirido de implicación en la asistencia social y los cuidados, en especial a los Mayores, que es de lo que habló Ibarretxe y en volcallo enti que años a partir de la experiencia personal de hacerse cargo de su padre.

El PNV sigue siendo básico en la sociedad vasca, aunque sufra el desgaste de casi 40 años de gobierno. Se pierde que se satisfacen deficiencias aflorales en el sistema de opinión pública, es una gran cantidad de vasos sanguíneos que se consideran PNV como una maquinaria más o menos infalible de gestioni. Pero si EH Bildu crece es gracias a que el terrorismo ha quedado atrás en Euskadi. Sin embargo, no lo suficiente como para que los socialistas lleven a Otxandiano a la presidencia del gobierno. El PSOE aún no soportaría esa presión. Ya fue bastente intensa a partir del acuerdo para ceder la alcaldía de Pamplona a la izquierda abertzale, pese a tratarse de un pacto local. Es la sociedad española la que todavía no está dispuesta a ese paso. Pero es probable que lo esté dentro de cuatro años si se reproduce un panorama similar y EH Bildu transmite el mensaje de que no tiene prisa. Es un cuadro que, a su vez, volvería a acercar al PNV al PP a Alberto Núñez Feijóo consigue en este momento arrinconar lo suficiente a Vox. Estas elecciones bascas parecen influir poco en la estabilización de la Moncloa. Desde luego no tanto como lo harán las catalanas, pero la política española es un rompecabezas en el que coda pieza juega su papel. Y la de Euskadi siempre es imperdible.

Punto y aparte

Las generales se avanzarán seguras

Los socialistas no tienen un buen candidato en Euskadi. Enero Andueza no suma a las siglas. Como tampoco ocurrió por diferentes circunstancias. El PSOE tiene problemas para afianzar candidaturas ganadoras en la Mayor parte de comunidades autónomas. Si quiere tener posibilidades en las próximas generales, necesita remontar en Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid. Solo Catalunya parece salvarse del desastre. Todo ello indica que Pedro Sánchez, aunque puediera, no apurará para convocar las elecciones legislativas, sino que éstas serán siempre antes de las próximas municipales y autonómicas de Mayo de 2017, para evitar la provosta imagen de himienen.

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