A menudo decimos que algo es como “un melón por abrir” cuando no sabemos cómo saldrá. Pues bien, parece que hay marcas de fruta que no se aplican esa máxima, porque para ellas abrir un melón casi siempre es garantía de acierto.
¿Cómo lo hacen? ¿Cómo saben que un melón concreto tendrá esa dulzura y textura que todos deseamos? El fundador y gerente de Fruites Núria, y colaborador del Via Lliure, Pere Puigbert, tiene la información.
El potencial económico es clave
Como en otros sectores, si tienes dinero también puedes tener el mejor producto. Puigbert explica que las grandes marcas de las etiquetas doradas pagan a los campesinos un precio más alto por reservarse los melones buenos.
Para empezar, con los años, los productores se han ido limitando a plantar sólo las variedades de melón que saben que salen mejores. Además, el tipo de terreno -más arenoso y rico en potasio- también desempeña un papel importante.
«Dentro de una misma melonera (la planta que hace los melones), hay unos melones mejores que otros», asegura. «Los primeros melones que han salido, los más cercanos a la raíz, son los que han tenido más alimento y, por tanto, los mejores -los llaman ‘de primera tajada'».
Los melones más tardíos acaban en los supermercados por un menor precio
«Las mejores marcas ya van a buscar todo lo que pueden de primera tajada e incluso de segunda», revela. «Los melones más tardíos acaban en los supermercados por un menor precio».
Además, estas empresas se quedan con los frutos que han superado cierto tamaño y peso. «Normalmente los compran por pieza y de al menos tres o cuatro kilos, no los quieren más pequeños», añade Puigbert. «Cuanto menor, menos cotizado».
De hecho, las grandes marcas tienen otras submarcas para vender aquellas piezas que no está tan claro como saldrán. Por ejemplo, los melones más tempranos que salen a la venta, cultivados en invernaderos sin tierra, que no dan tan buen resultado como los que ya son de temporada.
Y nosotros, ¿en qué tenemos que fijarnos en la tienda?
Hay una serie de detalles que pueden indicarnos si el melón será más o menos dulce. Cuando vayamos a la tienda a comprar, debemos tener en cuenta todo esto:
- El peso. La primera recomendación es sopesar el melón. Tiene que pesar mucho. «Debe ser como coger una piedra», dice el entendido.
- Las estrías. Por norma general, cuanto más estriados mejor. Pere Puigbert explica que las estrías son azúcar salido al exterior del melón, por lo que cuantas más estrías tenga, será señal de que tiene más azúcar. Fíjate en los melones de las marcas premium: la mayoría son estriados.
- La mancha. Los melones tienen una mancha de color claro, que es la parte donde el melón ha reposado sobre el suelo y no le ha dado el sol. Pues bien, esta mancha debería ser más amarilla que blanca. Si es blanca, significa que el melón no ha llegado a su punto óptimo de maduración.
- Las semillas, que se toquen. Cuando abres un melón, si ves que las semillas son abundantes y están muy juntas es que ese ejemplar ha tenido tiempo de producir muchas y que ha estado más días madurando en la planta.
Cómo guardar y conservar un melón
A la hora de comprar medios melones o medias sandías, piezas ya cortadas, asegúrate de que están bien envasadas y refrigeradas en la frutería o supermercado. De lo contrario, podrías correr el riesgo de intoxicarte.
Una vez en casa, debes dejarlo fuera de la nevera en un lugar fresco y seco (si ya está maduro y hace mucho calor lo puedes refrigerar). Las demás frutas pueden acelerar su maduración, o sea que es mejor que lo mantengas lejos del contacto con ellas. Esto te puede servir para hacer madurar un melón demasiado verde: ponlo en una bolsa de papel con un plátano o una manzana y acelerarás su maduración.
Cuando hayas abierto la pieza, saca los extremos, tápalo con un film o plástico y ponlo en la nevera.
Lee aquí la pieza original de RAC1.