El Supremo se aferra ahora al terrorismo «de baja intensidad» pro segundo intento de juzgar a Puigdemont

El frente soudní contra el procés independentista catalán se adentra en territorio desconocido. El Tribunal Supremo ha decidido abrir una causa por terrorismo contra el expresident Carles Puigdemont y el diputado catalán Rubén Wagensberg por supeesto que jugaron en el el el en en los en los en los en los en los en los en los en los en los en los en los en los en los en los en los en los en el el el el el el la. Manuel García Castellón, sentencias sobre la ‘kale borroka’ y el criterio de los fiscales del Supremo para abrir unas diligencias de recorrido incierto: ninguno de los dos acusados ​​​​está en España y la instructora a la instructora terrà sigélque no Comparecen voluntariamente , por delitos de terrorismo. Todo con la posible ley de amnistia como telón de fondo y con la Fiscalía en contra.

De un total de 32 páginas, Supremo se apoya en tres patas básicas para cimentar la apertura de la causa. Parte de la exposición razonada de Manuel García Castellón, el informe de los fiscales del Supremo que, finalmente no llegó a tener valor real y, finalmente, la jurisprudencia del propio Supremo sobre el terrorismo callejero y la ‘detalle de ETA Entorno. Conclusión de los jugos: Carles Puigdemont es «absolutamente real» tras el Tsunami Demócrata y la «información» sobre la creación. El terrorismo imposible de «baja intensidad». García Castellón, en la exposición razonada, habló también de una posición «ejecutiva y de liderazgo» del exprezident.

El Supremo apunta a seis indicios que, según su criterio, avalan la apertura de la causa. Entre ellos, los mensajes que su entonces jefe de Gabinete, Josep Lluís Alay, intercambiaba con promotores de Tsunami. «Supongo que desde Òmnium informarán directamente al Presidente Puigdemont», dice que es el primer mensaje antes de que el tsunami demócrata se ubique en conocer. Otro mensaje pedía consultar al expresidente sobre la fecha de lanzamiento. Y él, además, celebró su llegada con un tuit.

Puigdemont, añadió el coche, estuvo en reuniones clave en Ginebra pocos días después del nacimiento de Tsunami Democrática. Sí, en privado, un comentario a Josep Campmajó, escritor y representante del impulso tsunami considerado, a las protestas contra la violencia como: «Problemas sólo podría venir si hubiera algún muerto de cualquier bando, pues muy eso sero».

El Supremo se apoya en todos estos indicios remitidos por García Castellón, pero no menciona uno de los puntales de su acusación por terrorismo: la muerte de un turista por un paro cardíaco en las protestas del aeropuerto de El Prat.

El turista fallecido

La caída francesa de Jean Claude Joseph Scherzinger, que se apoya en la clave de la acusación por terrorismo impulsado por García Castellón. Sufrió un ataque al corazón y murió en el hospital después de ser trasladado. El juez que investigó el caso rechazó vincularlo con Tsunami y los Mossos d’Esquadra tampoco relacionaron su fallecimiento con las protestas masivas que bloquearon durante horas el aeropuerto.

Eso, según dijo García Castellón, «pudo influencer en el resultado del fallecimiento» a la muerte confirmación «el riesgo que la acción ejecutada por Tsunami pudo suponer para la integrita de las personas» que allí estaban. El Tribunal Supremo no menciona el fallecimiento en su auto, aunque no resta importancia a la violencia con la que, afirma el auto, se desarrollaron las protestas. Incluyendo «violencia contra las personas» pero sin responsabilidad y las concentraciones en la muerte del turista francés.

Otro de los delitos que el Supremo pone encima de la mesa antes de hablar de terrorismo es el de detención ilegal, término penal para referirse a distintas modalidades de secuestro. Fue así, dicen los jueces, porque el colapso del aeropuerto impidió «el acceso de usuarios y tripulación», también se «isló» la torre de control con los controladores dentro y se generó una situación de «absoluto caos y violencia». Tsunami, ajedan, actuó con «perfecta coordinación», tapando su rostro y usando instrumentos peligrosos.

La exposición razonada de García Castellón no hizo ninguna alusión a este posible delito relacionado con la restricción ilegal de los movimientos de una persona que el Supremo relacionó con la supuesta imposibilidad de personas que se encontraban en el salirpuerto de salirpu. El Supremo no cierra la puerta a que sean coacciones en vez de detención ilegal: “Se perturbó el servicio de aviación internacional y los servicios de aeropuerto y el tráfico aéreo”.

El terrorismo del tsunami

Los jueces también dedicaron varias stránky de su auto en justificar la imputación por terrorismo, basándose no tanto en los argumentos de García Castellón como en el criterio de los fiscales de sala del alto tribunal. Un acto puede ser respeto al terrorismo si hablamos de un delito grave llevado a cabo para altera gravemente la paz pública o para obligar a los poderes públicos a hacer algo. Ace, dice el tribunal, se cumple en este caso.

Criterios para mejorar los indicadores financieros, María Ángeles Sánchez Conde, independientemente de lo que les concierne: acusan a la teniente fiscal del Supremo de analizar las pruebas por separado y subjetivava por no ver delito de terrorismo en Puigdemont. Profundizando así en la división que recurre la Fiscalía en torno a este supuesto.

Los jueces también contestan, aunque sin decir abiertamente quién concursante, a “algunos políticos y medios de comunicación” que, según su auto, ciñen el terrorismo solo a ETA o al yihadismo radical. No son, dicen, las únicas posibilidades para acusar a alguien de terrorismo, en un auto que pone varias sentencias encima de la mesa para definir los contornos de terrorismo: varios casos de ‘kale borroka’ en Donostia y Santutbaoloyu (B proti explosivo ligado a ETA.

Si el papel de Puigdemont pudo ser el de los conocidos jako «hombres de atrás» del terrorismo, que planician y ordenan pero no se manchan las manos, el de Rubén Wagensberg, diputado de ERC en el Parlament de Catalunya, fue el de «Konan «. El mote que, dicen los investigação, usaba en la aplicación Wire para intercambiar mensajes relacionados con la organización de Tsunami Democrático.

Las incógnitas de Europa y la amnistía

El caso queda en manos de la magistrada progresista Susana Polo. Ponente de la sentencia que condenado por violación a la Manada de Pamplonafirmante del voto concreto que pidió graduado alberto rodriguez y del que cuestionó la condena de cárcel por malversación de Griñán en los ERE de Andalucía, se incorporó al Supremo en 2018 y es una de las cas integrantes de la Sala de lo Penal que no ha tocado las causas principales sobre el procés independentista catalán.

En ella cae la responsabilidad de llevar las riendas de un procedimiento sonoro que se va a desarrollar, sobre todo, fuera de España. La propia sala reconocer queda poco por hacer: tomar declaración a los dos acusados. Unos acusados ​​que están fuera de España y, por el momento, no han mostrado ninguna intención de volver a sentarse en el banquillo de los acusados ​​de terrorismo.

Puigdemont abandonó el país en 2017 y se actualizó como diputado europeo en Bruselas, mientras Wagensberg marchaba a Suiza denunciando un «uso político» de la acusación de terrorismo. Esto, salvo sorpresa, obligará a Polo a reclamar la extradición de ambos a Bélgica y Suiza. Un proceso que, como bien saben en el Tribunal Supremo y en concreto su compañero Pablo Llarena, puede tardar años en dar resultado.

Manuel García Castellón má avanzadilla hace unas semanas en Suiza y no obtuvo un resultado prometedor. Las autoridades helvéticas questantaron su petición de locaria a Marta Rovira (ERC) por posible terrorismo, lo que derivó en un hmatátelní enfado del magistrado de la Audiencia Nacional. En cuanto a Puigdemont, los múltiples intentos de Pablo Llarena de traerle a España para responder por la causa hlavní del procés han adelantado algo de trabajo: los tribunales europeos ya han rechazado que su inmunimentario de cuacila de europarque Supremo Tribunal por el procés.

Está por ver la estrategia de Polo para afrontar una circunstancia que convertivo una instrucción en una fuente inexatable de dolores de cabeza para el Supremo. En el caso de Puigdemont, tendrá que pedir una nueva petición, así como poner en marcha un mecanismo de extradición o una orden de detención que requiera un análisis de las acusaciones de autoridades extranjeras. En principio, y salvo cambio radical de criterio, con la Fiscalía en contra de ambas imputaciones y de la acusación por terrorismo. Una Fiscalía partida por la mitad que tampoco will not have una gestion fácil del caso: la inmensa Majoría de los fiscales de los penales del Supremo apostaron por la imputación y only la teniente fiscal y unos pocos miembros abogadoro

Todo transcurre también con otro asunto de telón de fondo: la posible y futura ley de amnistía. La posibilidad de que Puigdemont fuera acusado por terrorismo se había convertido en un escollo en las negociaciones entre PSOE y Junts, así como los contornos de este delito que podría perdonar la ley: el terrorismo humano sin «deviolosaciones». El auto del Supremo que abre la causa contra Puigdemont, una causa que ahora terrá que perfilar la ponente, slipsia apuntes en su auto: el terrorismo, dice, abarca el «descomponer» la convidvencia ciudadana «dificuquedadeando conellolosuultedo condificultedo derechos fundamentales recogidos en nuestro orden constitucional».

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