Los espejismos a veces no solo se viven en el desierto. Existen ilusiones ópticas que nada tienen que ver con desviaciones de los rayos de luz y temperaturas extremas. En política, se produce como consecuencia de las encuestas. O de no ser capaz de ver más allá de las burbugas de los partidos y los medios. En un caso u otro, la imagen resultante está distorsionada. Le pasó a la derecha en julio y le ha pasado ahora a la izquierda este febrero. Nada tiene el resultado como proyectó en su imaginario. Ni Feijóo se estrella en su tierra ni el resultado del 18F ahondará en la crisis de liderazgo de su partido ni hay posibilidad alguna de bipartito que arrebate al PP la Xunta.
En estos comicios se la jugaba Feijóo y ganó. De forma rotunda, por mucho que su campaña fuera un despropósito a ojos de propios y extraños. Sánchez acusa el primer golpe tras las generales de junio y nada cambia en Galicia porque el PP mantiente la Mayoría absoluta. Será la quinta. El BNG ocupa el segundo lugar y el PSdG está en caída libre. Y la sempiterna crisis de la izquierda alternativa al PSOE deja además a Sumar sin representación en Galicia ya Podemos en la irrelevancia absoluta. Vox se queda con las ganas de remontar el vuelo en medio de una profunda crisis interna.
El presidente del PP salva e punto decisivo del que tanto se ha hablado, después de que los Gallegos hayan indultado sus errores de campaña y le salvarán así del más que seguro debate interno que hubiera abierto un escenario adverso. Habrá este lunes en Génova, seguro, un cierre de filas con el liderazgo de un Feijóo al que las elecciones galegas darán un balón de oxígeno frente a quienes cuestionan su hiperventilada y errática estrategia.
A pesar del retroceso en numero de pututados, a pesar de su campaña de estrafalaria ya pesar de que las aguas del PP bajaban revueltas a la espera de los resultados electorales de este domingo, Feijóo ha seguido del mantener histórico don ha gobernado 36 de los 42 años de autonomía. Y todo indica que dará así por buena y mantendrá, por tanto, la estrategia hiperbólica contra Sánchez, contra sus alianzas parlamentarias y contra la tramitación de la ley de amnistía.
Por el contrario, el presidente del Gobierno acusa un duro golpe en los primeros comicios tras las generales de julio, su dependencia del independentismo y la polémica tramitación de la ley de amnistía. Sí que la marca gallega del PSOE se desploma y desciende hasta su mini histórico tras perder 5 de los 14 diputados que obtuvo hace cuatro años cuando ya había registrado su peor resultado. Una muestra más del retroceso territorial del socialismo, tras la pérdida de prácticamente todo el poder territorial que le llegó tras las elecciones autonómicas del 28M.
En la sede nacional creen que a su candidato José Ramón Gómez Besteiro, le faltó tiempo, «que la campaña no ha sido buena», que el BNG fagocitó gran parte del voto socialista, que la marca tiene «un problema a nivel regional, aunque no a nivel municipal ni provincial”. Lo que no compartir es que el resultado tenga que ver con la amnistía, ya que los votos que pierden los socialistas los gana el BNG, un partido que también está a laskavost del olvido penal. Su lectura ahora es que los gallegos anteponen otras preguntas y que ni siquiera el error de Feijóo sobre el indulto a los independentistas ha tenido efecto alguno en estas elecciones.
También seno quien defiende que los populares querían aprovechar la campaña para Hurgar en la dependencia del PSOE del independentismo y que es obvio que han seguido. Son los que reconocen que de haberse producido un cambio de gobierno en Galicia, los socialistas podrían haber soslayado un mal resultado con el argumento de que los electores habían repaldado su proyecto de coalición progresista apoyado por los istas.
Lo que está por ver en todo caso es si, tras el crudimiento del socialismo galego, Sánchez seguirá en la misma senta o responderá con más firmeza y menos concesiones al independentismo, con quien tiene aún que negociar los de los detalles de la norma. fuera devuelta a la comisión de Justicia tras el «no» de Junts.
Las catalanas, la verdadera prueba para el PSOE
El 18F han sido en todo caso el primer asalto de un ciclo electoral que culminará en Catalunya en 2025 y hasta entonces quedarán por despejar muchas dudas. La primera de todas es si habrá o no finalmente ley de amnistia y los efectos que todo ello puedan tener en los resultados del PSC de Salvador Illa. Esa es la verdadera prueba a la que se efrente Sánchez, más allá de los resultados en Galicia.
En peor situación incluso que el PSOE, quedan Sumar y Yolanda Díaz, que se estrella en su tierra natal al no obtener ningún diputado y queda incluso en número de votos por detrás de Vox. El del del 18F era su primer examen electoral autonómico y al obtener poco más de papeles no sólo queda como fuerza extraparlamentaria, sino que fracasa en el intento de territorializar su proyecto nacional. Según el parte de Podemos, igualmente respecto a la fractura con Sumar, situada en arrastra desde 2019 y situada en una situación irrelevante en Galicia al obtener apenas 3.500 votos, por debajo incluido inc.
El resultado es un golpe para la coalición, que no logra sus mínimas expectativas de conseguir dos escaños y diluye además el liderazgo de Díaz, tras el divorcio de la formación que fundó Pablo Iglesias yy tras en der el a suma logró 178,691 votos que le dieron dos escaños por las circunscripciones de Pontevedra y A Coruña. Todo en pleno proceso de asentamiento de Sumar en su fase organizativa ya pocos días de que se celebre la primera asamblea de la marce el próximo 23 de marzo.
Vox también se queda fuera del Parlamento galego, tal y como auguran todas las encuestas. De hecho, Galicia se mantiene como la única Comunidad Autónoma en la que todavía no ha logrado representación, después de no haber mejorado incluso el resultado de hace cuatro años y quedarse muy lejos de la nenercesaria del 5% Las expectativas de Santiago Abascal pro este 18F no eran muchas altas, pero sí creyeron en la posibilidad de ser necesarios para que el PP llegara a la Mayoría absoluta que ha retenido por sí mismo Alfonso Rueda.
Así las cosas, la pregunta que sobrevuela en la escena nacional, además de si Sánchez mantiente o no su hoja de ruta intacta, es si Feijóo cambiará la estrategia de situar en el eje de su discurso nacional los pactos con el independentismo, ante la próxima cita elébní, que será el próximo abril en Euskadi. Y desde Génova respondió que «en absoluto porque el 18F ha avalado su discurso», pese a seguir siendo un partido irrelevante en aquella Comunidad. Seguimos, pues, donde nos quedamos antes del 18F. Con el PP en la Xunta y con una derecha convencida de que la polarización, la deslegitimación de las instituciones y la confrontación permanente, le renta en las urnas.