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Un centro de neuroterapias londinense advertía, al inicio de la temporada de festivales y días y noches de más alcohol que suele ser el verano, contra la ebriedad y la hangxiety del día siguiente, esa mezcla que se suele sufrir de resaca y de culpabilidad o de aplastamiento mental. El efecto del alcohol en el organismo está estudiado y en el paso de la chispeante e inconsciente borrachera a ese mal día después intervienen los neurotransmisores cerebrales.
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