Tres semanas después del beso no consentido que impuso a la jugadora Jenni Hermoso y acorralado por un persistente clamor social, Luis Rubiales anunció la noche de este domingo su dimisión como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y vicepresidente de la UEFA. Su renuncia, reclamada por amplios sectores del mundo del deporte y la política, llegó tras 21 días de obstinación en los que intentó que la futbolista apareciera con él en un vídeo en el que ofreció excusas y una ambigua disculpa, hizo que la Federación se inventara unas supuestas declaraciones de Hermoso en las que disculpaba el beso como un gesto de complicidad entre dos amigos y llegó a acusar al “falso feminismo” de pretender su “asesinato social”.