Las mafias que trafican con inmigrantes con destino a España han encontrado la fórmula para seguir haciendo negocio frente a la mayor presión marroquí sobre la inmigración irregular. Según fuentes policiales, las organizaciones criminales han encontrado un filón en la ruta argelina con destino a la península y las islas Baleares. El balance sobre llegadas irregulares hecho público ayer por el Ministerio del Interior ilustra esta tendencia: las entradas en lo que llevamos de año a través de Canarias han descendido un 11,3% con respecto al 2022, mientras que la ruta argelina –la segunda más mortífera– se ha disparado con un 31,8% más que hace un año.
En el Ministerio del Interior las alarmas no están encendidas. Los datos globales siguen situando a España como el país mediterráneo al que menos inmigrantes están llegando. En los primeros siete meses del 2023 han entrado de manera irregular –tanto por vía marítima como terrestre– 16.174 personas, frente a las 16.718 del mismo periodo del 2022. Un 3,3% menos. Nada que ver con las estratosféricas cifras de Italia. Sin embargo, si se va al detalle, los datos evidencian la oleada de migrantes que parten desde las costas argelinas con rumbo a España. Y es que en los últimos días han llegado más de una veintena de pateras a las costas Granada, Almería, Alicante y Formentera en las que viajaban más de 400 personas.
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Las mafias utilizan ‘pateras taxi’ desde las costas de Argelia cobrando 8.000 euros a cada migrante
Las mafias, según las mismas fuentes policiales, están utilizando para el traslado a través de la ruta argelina pateras taxi , lanchas rápidas que han sido equipadas con motores de gran potencia para cubrir la travesía por la que cobran unos 8.000 euros a cada una de las personas. La delegada del Gobierno en Murcia ha confirmado que la mayoría de los migrantes arribados en los últimos meses a sus costas lo han hecho en estas “lanchas rápidas”.
En el caso de la Comunidad Valenciana, los 54 migrantes que fueron rescatados a lo largo del domingo por Salvamento Marítimo a bordo de cinco pateras al sur de la región suponen el 30% de las 186 interceptaciones de migrantes desde el 1 de enero del 2023.
Desde el Gobierno descartan que Argelia esté usando la inmigración como arma política, como sí lo estuvo haciendo Marruecos –según admitían en su momento desde la Moncloa– durante los meses que duró la crisis diplomática desatada después de que España acogiese al líder del Frente Polisario. Este año los saltos a las vallas de Ceuta y Melilla han descendido drásticamente. A través de las ciudades autónomas han entrado 571 personas hasta el 31 de julio. Una cifra que supone casi un 70% menos que en el 2022.
Mientras, la ruta que sigue a la baja –pese al aumento de pateras arribadas en las últimas semanas al archipiélago– es la canaria. Las estadísticas de esta ruta, la más mortífera, se invirtieron después de que Madrid y Rabat sellasen el reencuentro en marzo del pasado año. En lo que llevamos de año han llegado 8.508 migrantes en 165 pateras. En el mismo periodo del 2002 lo hicieron 9.589 personas en 212 embarcaciones. Lo que sí llama realmente la atención al Gobierno de Canarias –y por ello han pedido a Interior más información– es por la creciente llegada de migrantes procedentes de Senegal. Existe preocupación por las consecuencias que la crisis política en ese país africano puede tener sobre el fenómeno migratorio.
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