Los 27 aplazan la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la UE

Más tiempo. Es lo que han pedido los 27 para estudiar la propuesta elevada por España para que el catalán, el gallego y el euskera se conviertan en lenguas oficiales en la UE sumándose a las actuales 24, todas ellas con carácter estatal en sus correspondientes estados miembros. La iniciativa, que parte del acuerdo alcanzado por el PSOE y Junts, no ha recibido un portazo, por lo que seguirá viva por un periodo de tiempo que nadie se atreve a aventurar. Los socios europeos le han dicho al Gobierno en funciones que necesitan un análisis más exhaustivo de las implicaciones legales y financieras de la medida que se llevará a cabo en un grupo de trabajo con los preceptivos informes. La novedad que ha planteado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, es que el “despliegue” comience con el catalán.

La iniciativa no se ha llegado a votar en el Consejo de Asuntos Generales (CAG) en cuyo orden del día el Gobierno, como presidencia rotatoria de la UE, había incluido la propuesta, discusión y adopción de una modificación del reglamento 1/58 del Consejo de la UE que regula las lenguas oficiales. “La presidencia ha podido constatar que nadie ha manifestado un veto contra nuestra propuesta. Ningún estado miembro ha ejercido su veto a nuestra propuesta. Algunos estados miembros han pedido más tiempo para analizarla, su desarrollo e implantación. Hemos acordado seguir trabajando para dar respuesta y canalizar los comentarios de los estados a esta propuesta española”, ha expresado Albares al acabar el debate.

“Ante comentarios de algunos estados miembros sobre el coste de la implantación de esta medida, España ha mostrado su compromiso a asumir el coste”, ha reiterado el jefe de la diplomacia que ha reconocido que algunos socios ven “difícil” la inclusión de tres nuevos idiomas “de una sola vez” por lo que se “han planteado periodos transitorios y gradualidad de esta medida”. “Hemos propuesto iniciar su despliegue primero con el catalán y luego con las siguientes lenguas”, ha aseverado. 

“Nos hemos abierto a que el idioma cuyos representantes han solicitado con más insistencia la inclusión dentro de la modificación del reglamento y que es hablado por más de 10 millones de personas sea el primero en su despliegue”, ha justificado Albares sobre la inclusión del catalán.

La medida requiere de unanimidad de los estados miembros y algunos tienen dudas sobre la inclusión de esas tres lenguas, en buena medida por la implicación legal que pueda tener para “lenguas minoritarias” europeas, según ha explicado la ministra sueca, Jessika Roswall.

Su país fue el primero en mostrar sus reticencias a la iniciativa española, que se ha activado tras el acuerdo alcanzado por el PSOE con Junts para la presidencia del Congreso. “Tenemos que tener más análisis de la propuesta desde el punto de vista tanto legal como financiero. Es muy pronto”, ha afirmado a su llegada a Bruselas.

Más elocuente aún ha sido el ministro de Asuntos Europeos de Finlandia, Anders Adlercreuzt, cuyo gobierno también había mostrado recelos, al expresarlos en catalán ante los periodistas. “Soy un gran amigo de las lenguas de España”, ha empezado en castellano antes de decir en la lengua cooficial: “Soc un gran amic de la cultura catalana”. Para después reconocer que es “muy pronto” para tomar una decisión al respecto.

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