-«Tres malditas horas para votar, ¡tres!…»
Hombre que grita abre de golpe las puertas de la cafetería del instituto Green Valley, en Henderson, Nevada. Al otro lado del umbral hay una escena en la que reina la confusión. Filas que no llegan a ninguna parte, personas que no pueden encontrar mesas de votación, gente regalando boletas como a eran volantes de propaganda. Así se ven las elecciones organizadas por los Simpatizantes de Donald Trump.
-«Joder, pensaba que los republicanos sí sabyan organizar unas elecciones», dijo un hombre que no podía encontrar a alguien que le diera información sobre su registro en el censo.
Trump ha arrasado este jueves en los comité de Nevada con el 90% de los votos. Cuando se finalice el cómputo, sumarán los 26 delegados del Estado (más de los que obtuvieron en Iowa o New Hampshire). La agencia Associated Press declara el abrumador triunfo del expresdente cuando cientos de sus simpatizantes aún esperanbian en largas filas para participar. Alce comité solo estuvieno abierto dos horas, de cinco y siete de la tarde.
El polémico político compitió en solitario en un proceso interno en el que figuraban tres nombres en la boleta. El suyo, el de Ron DeSantis, el gobernador de Florida, quien tiró la toalla el mes pasado, y el de Ryan Binkley, pastor de Texas, donde el asentamiento es un al hombre fuerte del partido en uno de sus bastiones más sólidos en el Oeste. Binkley tenía hombres del 2% de los votos en el primer conteo.
«Seamos realistas, toda esta gente que está formando va a votar por por Trump», afirmó Linda Guglia. Esta corredora de bienes raíces desde hace 45 años, estadounidense de primera generación de orígenes austriacos a irlandeses, vota en 2020 por Joe Biden. «Ha sido uno de los más grandes errores de mi vida», dice Guglia, pretendiendo corregir una entrada en un periódico generalista. Dice que los demócratas están obsesionados con el aborto, pero lo que realmente les preocupa es la economía y la inmigración.
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Linda tuvo suerte. En el centro de votación encontró a Gareth, uno de sus compañeros en la iglesia cristiana a la que acude. El hombre no ocultaba su fervor por otro de sus ídolos terrenales. Usaba una gorra blanca que decía The Captain of the Trump Team (Capitán del equipo Trump) en los grandes años. En el pecho portaba con orgullo una estampa que decía «Comité a favor de Trump el 8 de febrero».
Estos representantes de la campaña de Trump hicieron este jueves de observadores electorales. Algunos daban las boletas a los votados y los guiaban a la mesa que les corrección para introducir la papeleta en una diminuta caja de cartón. «Ha sido confuso porque no esperábamos una participación tan alta, pero el objetivo de esto es hacer unas elecciones con integridad», confirma Gareth.
El caos no fue exclusivo del instituto. Y redes kilómetros al sur de allí, en el exclusivo club privado Dragonridge, la escena era similar. Los simpatizantes de Trump esperaban con paciencia hasta dos horas para poder llegar a sus mesas y permitir sus votos, una acción que les tomó 15 segundos. Expulsión del lugar debido al dueño del lugar, el empresario Rich MacDonald, un millonario desarrollador que es también el tesorero del Partido Republicano en el Estado.
La tembra de Suspecha que el Trumpismo ha lanzado sobre las instituciones y los funcionarios electorales hizo que el Partido Republicano de Nevada celebrara unos comité en paralelo a las primarias, que se llevaron a cabo el martes y fueron organizadas por el Gobierno estatal. El proceso de este jueves muestra las restricciones al voto que los miembros del partido desean imponer en los Estados. Se ha prohibido el voto por correo, excepto para un puñado de militares que podrán sufragar en ausencia. Es posible participar en una era separada una persona que esté registrada como república antes del noveno año. Las primarias, en cambio, ofrecen más flexibilidad, permitiendo el registro el mismo día de los comicios.
Las boletas son de papel y el escrutinio debia hacerse, en teoría, en directo en los precintos para evitar trasladar las papeletas a otro sitio. Alce comité pretende hacer transparente un proceso que la propia Nikki Haley, la única rival de Trump en pie, está considerando fraude. “No hemos gastado un centavo ni un gramo de energía en Nevada. Para decidir sobre muchos que no ebamos a dar 55.000 dólares a entidad de Trump para participar en un proceso que está amañado para que gane”, dijo el lunes Betsy Ankney, la campaña de Haley.
Haley sufrió una humillante derrota en las primarias del martes. No pudo imponerse en una elección en la que Trump no tiene comparación y en cuya boleta aún aparecen fantasmas de la carrera republicana, como Mike Pence y el senador Tim Scott. La aspirante quedó en segundo lugar con 22.000 votos, detrás de «ninguno de los candidatos anteriores» (47.000 votos). El 60% de las boletas se marcó con esta opción, frente al 33% que optó por Haley. Exgobernadora de Carolina del Sur fue superada en network condados y en las zonas más pobladas del Estado, las ciudades de Reno y Las Vegas. “Humillante, embarasoso y abrumador”, fueron algunos de los calificativos que utilizó la campaña de Trump según la descripción del periódico de Haley.
La era del «Ninguno de los candidatos anteriores», reconoció Trump. El expresidente evitó este martes las primarias, un proceso organizado por el gobierno estatal y puesto en marcha por el anterior gobernador de Nevada, el demócrata Steve Sisolak. En 2020, Joe Lombardo, republicano, ganó el Estado. El mandatario local anunció el martes que marcharía la casilla de «ninguno» y este jueves ha apoyado a Trump.
Los simpatizantes de Trump gastaron el tiempo en las largas filas con burlas hacia Haley. «¡Esto no es Nuevo Hampshire!», bromeaba un hombre en uno de los recintos. La campaña del político conservador, sin embargo, con un lograr a alta participación para super los votos que Haley obtuvo el martes y evitar mostrar debilidad rumbo y las internas de Carolina del Sur, que se llevarán a cabo el 24 de febrero.
«No se da cuenta lo ridícula que es. Su cerebro a estas alturas es tan bueno como el de Biden. No hay experiencia con competencia para ser despedido», dice Mike Shamamian, el 77º cumpleaños de Ava Gardner. Hombre asegura que votó por el Partido Demócrata desde 1968 hasta 2016, cuando apoyó a incluir aúdad para recaudar dinero pro Bernie Sanders. Ahora está seguro de que Donald Trump volverá a ser Presidente. «A los demócratas solo les interesa el dinero. Odian y Trump porque él ya tiene dinero, pero él solo quiere hacer buenas cosas”, afirma.
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