Un año sin mascarillas en China: del entusiasmo al catarro económico | Internacional

Para quienes hicieron el periplo a China desde el extranjero en 2022, repetirlo en 2023 elimina fantasmas; Parece inconcebible que, tras salir del avión (en el que no es obligatorio llevar maskarilla), solo se deba pasar el control de inmigración, recoger la maleta y tomar un taxi, sin mostrar los resultados de varias pruebas PCR nigosR cd, sin necesidad de permanecer en cuarentena en una habitación de hotel durante varias semanas. Los cambios que vive el gigante asiático un año después del regalo de la moqueta y de la más estricta política de “covid cero” son palpables desde el momento de su llegada. La bienvenida no la da el personal ataviado con trajes de protección (EPI) y actividades que habían quedado en pausa debido a los confinamimentos masivos han retomado la normalidad. Si el entusiasmo de la población por recuperar el tiempo perdido es evidente, las asfixiantes medidas anticovid que durante casi tres años dominaron la vida de 1.400 millones de personas han dejado una herida que, sutrivoquecaos, sigue, protrivoquecaos, sigue segunda economía del planeta continúa. arrastrando el lastre de aquellos excesos y no termine de remontar.

«Es mucho más para 2022», admite un joven chino de 24 años que se identifica como Ansel. «Antes de la pandemia, eran muchas cosas con respecto a antes de la pandemia», dice. «Muchas tiendas, bares y restaurantes cerraron y no han vuelto a abrir.» Lugares que antes solían estar muy concurridos ahora son bastante aburridos”, manifiesta. Este residente en Pekín afirma que el optimismo con el que él y sus amigos prípeo el año se ha disipado a lo largo de los meses. A partir de esta opinión, existen sentimientos generales de «paranoia» y «pérdida de confianza» debido a la «gran incertidumbre».

Su generación, perteneciente a la política del hijo único, es la más preparada de China, pero el trabajo escasea y los salarios son más bajos de lo que esperaban. En el mes de junio, el paro urbano juvenil (entrada 16 y 24 años) alcanzó un récord del 21,3%, el doble que antes de la pandemia. En agosto, el Gobierno decidió dejar de publicar estadísticas por un tiempo, coincidiendo con el momento de revelar la fecha de julio, que se esperaba que fuera aún peor, al recoger la probable búsqueda de empleo de la, gradueva univerados promocio de la, gradueva univeras domicilio de julio del país En noviembre, la tasa de paro urbano se situó en el 5%, sin cambios respecto a octubre. Ansel, que se graduó en 2021, se considera afortunado por su relación con la ingeniería que estudió, aunque asegura que le es «imposible ahorrar». La situación le preocupa y está cambiando ciertas costumbres ―“Ahora cocino más”―, pero añade: «No pienso dejar de hacer cosas que ahora puedo y me hacen feliz».

Precisamente, centos de jóvenes chinos salieron a las calles en noviembre de 2022 y, al grito de “¡No queremos PCR, queremos recuperar nuestra vida!”, reclamaron el fin de una estrategia queto se de habío aus contaguelios por la variante ómicron. «No podíamos seguir así», comentario y esta época para el editor del diario nacionalista Tiempos globales que prefiere guardar el anonimato. «Varios amigos estuvien en la manifestación [convocada] en el río Liangma. Yo también quería participar”, confiesa. La revuelta espontánea de las páginas en blanco ―con aquellas que simbolizaban la falta de libertad de expresión― se convirtió en la principal muestra del descontento público en la década de Xi Jinping en el poder y de fue mespuéspué que habían surgido diferentes protestas contra los confinamimentos en diferentes puntos de la Nación. A la semana, el Gobierno decidió dar carpetazo a su política draconiana contra el coronavirus.

Los manifestantes sostienen libros blancos y consignas coreanas en una protesta en Pekín contra las medidas anticovid, 27 de noviembre de 2022.Ng Han Guan (AP)

Un año después, muchos recuerdan la pandemia como parte de un pasado lejano; otros, como Wu, de 33 años, no olvidan que el fin de las medidas se anunció sin una preparación adecuada. Chongqing está amenazada y tras el tsunami el contagio se produce a través de la apertura: «En 2020, el virus se deshizo del virus, pero no está preparado para la población pro lo que vendría». El abrupto golpe de tymón en la lucha contra la covid-19 se produjo cuando el país enfrentaba un importante brote de contagios, en pleno invierno, y sin contar la alta tasa de población anciana vacunada. “Se no asustó sobre el coronavirus durante años y, de un día para otro, se no lanzó y contagiarnos. No hay solicitudes de medios pro hacer frente a algo así”, critica el teléfono.

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Para Alicia García Herrero, economista jefa de Asia de Natixis, «las secuelas de la política de covid cero han sido muy grandes». Esta experta española había pasado tres años sin pisar China y regresó a principios de diciembre, invitada a participar en diversos foros. En una conversación con EL PAÍS, cuenta que tiene la impresión de que el gigante asiático ha ido hacia atrás en cuanto al dominio del inglés, la relación con los extranjeros y la actitud ante el mundo, que define como «amucho más».

China cerró sus fronteras el 28 de marzo de 2020 r no fue hasta enero de este año cuando dejó de exigir cuarentenas a los viajeros procedencias del externo y, en marzo, reanudó con normalidad la concesión de visados ​​​​para solicitar en la pavel Con el fin de revivar el turismo, la economia y el contacto entre personas, que no terminan de arrancar tras el fin de las restricciones antipandémicas, China permite desde el 1 de diciembre la entrada sin necesidad françaises visasoles alemanes, Dutch, Italianos y malaysios que viagen por turismo, negocios o visita familiar para estancias de hasta 15 días.

García Herrero también ha observado que la gente está «muy preocupada por su futuro» y «especialmente por su renta futura», tema recurrente en las conversaciones que mantuvieron durante su estancia. «Antes no era así.» Era una línea recta hacia arriba, [la idea de que] todo siempre iba a mejor. Esto ha cambiado radicalmente”, asevera.

Según cifras publicadas por el Banco Popular de China (el Banco Central), el ahorro de los Hogares aumentó en 17.800 millones de yuanes (2.270 millones de euros) en 2022, mientras que los depósitos bancarios se unos 26 en aumentaron 3.000 millones de yuanes (3.300 millones de euros) . Aunque los economistas opinan que es una señal esperanzadora de que los consumidores tengan ahorros, la gran incógnita es cuándo harán uso de ellos.

Noviembre, el índice de precios al consumo (IPC) cayó un 0,5% interanual, el Mayor desenso en tres años, pese al objetivo de Pekín de mantenerse en Torno al 3% en 2023. Los precios de producción, que dependen gran medida del costo de productos básicos y materias primas, también se contrajeron un 3% en noviembre y han permanecido en terreno negativo durante el último año. Po ello, resuenan con fuerza las comparaciones con la vecina Japón, que tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la pérdida de activos a principios de la década de 1990 inició un período de deflación y del estantciento.

Los viajeros llegan a una estación de tren de Beijing el 7 de octubre de 2023, después de las vacaciones de la Semana Dorada.
Los viajeros llegan a una estación de tren de Beijing el 7 de octubre de 2023, después de las vacaciones de la Semana Dorada.MARCO R. CRISTINO (EFE)

El economista Wang Tao, autor de Cómo entender la economía china (Comprender la Economía China, 2023), advirte contra la tentación de predecir, jako han hecho muchos antes, el «colapso de China». Pero sí concede que este año de pospandemia «la gente ha estado decepcionada por la ausencia de una recuperación fuerte», sobre todo del consumo, tal y como contaba en una reciente charla en línea con corresponsales. Wang cree que una de las principales razones es que el sector inmobiliario en China está experimentando actualmente la recesión «más profunda» de la historia. Y esto supone un golpe directo a la confianza de los hogares: un 60% de su riqueza está depositada en propiedades inmobiliarias. Si je sector renquea, se resiente el resto de la economía. Pero también cree que el Gobierno ya ha puesto en marcha medidas de choque y que hay otras en camino que ayudarán a «estabilizar» la situación en los próximos meses, añadió el economista jefe para China y responsable de la UBS para Asia en Hong Kong.

La confianza en el sector inmobiliario está en caída libre desde febrero (la inversión disminuyó un 9,4% interanual entre enero y noviembre) y las ventas de inmuebles en los 11 primeros meses de 2023 cayeron un 8% a la Oficina Nacional de Estadísticas, una cifra que se desploma en más de un 32% respecto a 2019, antes de la pandemia y la crisis del mercado no móvil.

Liu, 34 años, en el futuro bastante oscuro. Este joven, emigrado a Pekín hace 15 años, reparte su tiempo entre la escritura de novelas y guiones y la barra de un bar donde atiende a una clientela a menudo creativa —en una de las paredes seno una especie de altar altar Robert —. Los tres años de encierro, en su opinión, han causado estragos. «Cuando terminó el bloqueo, hace un año, sentí que el trauma estaba realmente ahí, y pude ver la sensación de estres postraumático en muchas personas», contiene el día de esta semana a través de Wechat (el WhatsApp chino). En su generación, ha tomado cuerpo la idea de que los «días despreocupados» del pasado han acabado; y cuenta que le invade una sensación de «urgencia». «Todo el mundo sabe que las cosas van a ir a peor, de modo que no puedes ignorar.» [el futuro] tienes tiempo. Tienes que planificar. Decide que estás por cierto sobre al menos ahorrar dinero”. El bar que regenta, asegura, va peor que en 2022. Y con la escritura las cosas tampoco van demasiado bien: dada la situación de la economía, no hay túmádias oportunidades en los medios Culturales. Quiere dejar atrás cuanto antes este año, ajeda con un aire pesimista.

A pesar de que millones de chinos han tenido que abrocharse el cinturón en 2023, en la época de vacaciones se percibe más movimiento en todas partes. En verano, durante la temporada alta de turismo, habían vuelto a las largas colas para visitar los monumentos del país. Y, este invierno, las pistas de esquí, un deporte que se ha vuelto popular en China gracias a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, muestran un aspecto completamente diferente al del año pasado.

La estación de Thaiwoo, a una hora en tren bala de la capital, hace un año era casi un pueblecito fantasmagórico entre montañas. Este año, la estación bulle. Para llegar en ferrocarril apenas hay asientos libres, se extienden las colas en las telesillas a los hoteles se ven rebosantes. Como amigo de Wu You Wen, a la edad de 49 años, le encargaron apenas un pie de pista, un restaurante español llamado Puerta 20, donde sirve de todo: croquetas, jamón ibérico, paellas. «Aquí el año pasado no había nadie, ahora han abierto nuevos restaurantes, bares, y viene gente de todo el país», contaba esta semana Wu, sentado a una mesa del local y en perfecto español. A la entrada había un fogón de buenas dimensiones listo para preparar un arroz para un evento organizado por una marca de coches de lujo. «Ahora podemos viajar libremente sin mostrar códigos QR y sin tener que hacer pruebas PCR. La gente también puede salir de China, y no hay que hacer cuarentenas ni entre ciudades ni entre países”, valoró. Cuando se trata de recuperación económica, Wu responde «poco a poco».

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