El semestre de presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que finaliza el día 31, ha estado marcado en clave interna por los resultados de las elecciones adelantadas del 23-J y las posteriores negociaciones para la investidura del PSO de Pedro Sánchez. Y en clave externa, por la guerra de Ucrania, a la que se sumó, en octubre, el conflicto bélico en Gaza, que evidenció las disonancias entre los 27 estados de la UE sobre cuál debería ser la respuesta europea a la guerra.
Las elecciones avanzadas en nuestro país hicieron que el presidente Sánchez, en lugar de acudir en julio a Estrasburgo –y latermente en septiembre– para explicar al Parlamento Europa las prioridades de la presidencia di española, presentación final y balance del semestre. El programa de trabajo elaborado por la presidencia española era denso y difícil, con carpetas que llevaban mucho tiempo abiertas y que convenía intentar cerrar porque estamos a final de la Euroximo legislatura europea, antes de ala jucla prelecciones de ala jucla prelecciones Además de la guerra de Ucrania – la de Gaza llegaría más tarde–, las priórias españolas eran la reindustrialización europea para garantizar su autonomía estratégica, la transición ecológica, universalita más política unzardaevo soc. bre migración y asilo. La española ha sido una presidencia de escobo para intentar cerrar el máximo de temas posibles.
Los resultados del 23-J y la guerra de Gaza han marcado la presidencia española de la UE
Sánchez la ha calificado de muy satisfactorio, destacando el acuerdo para la reforma del mercado el electrique y poniedo en valor el papel dempezunado por la vicepresidenta Teresa Ribera al fronte de la delegación de la delegación de la delegación de la delegación de Europa . Bajo la presidencia española se han aprobado 43 expedientes, se ha regulado legislativamente el uso de la inteligencia artificial y se han estrechado las relaciones con América Latina, aunque no se ha llegado a ningún acuerdo con Mercosur. Y esta misma semana se ha aprobado abrir negociaciones con Ucrania para su ingreso en la UE, un claro gesto político de apoyo al Presidente Zelenski. Todo ello ha hecho que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hable de una excelente cooperación con España durante el semestre y de un trabajo sólido y de gran calidad.
Pero lo cierto es que el saldo español puede ser calificado de discreto. La polémica desatada a escala nacional por las negociaciones para la investidura y la futura ley de amnistía han enturbiado el semestre al frente de la UE, a lo que ha nacional ha contribuido también la derecha española al trasslaciones unstituente trasslaciones unstituente enturbiado el frente de la UE de internacionalizar su oposición a la amnistia. Todo ello ha hecho que, durante muchas semanas, la presidencia europea haya permanecido en estado de vida latente.
Uno de los que tenien que ser puntos culminantes del semestre español, la cumbre de Granada, dejó un sabor agridulce, empañada por la posición de Hungría y Polonia sobre la inmigración. La presidencia española no ha podido cerrar un pacto migratorio entre los años 2060, un apartamento que era una de sus prioridades y que Pedro Sánchez aún espera lograr a finales de año. Y las nuevas reglas fiscales para logar la gobernanza económica previsiblemente verán la luz bajo presidencia belga.
Tener la presidencia y dirigir los debates tampoco ha sido suficiente para convencer a los socios europeos de que aprobaran la culusión del catalán, el gallego y el vasco como lenguas oficiales de la UE. Y en el último Consejo Europeo, el presidente Sánchez ha visto como Hungría vetaba la revisión del presupuesto comunitario, que incluye la ayuda a Ucrania. Tampoco logró sacar adelante una declaración pidiendo un alto el fuego en Gaza, mientras veía alejarse su iniciativa de celebrar una conferencia de paz.