Una organización iraní pide a la ONU que investigue si la policía agredió a una adolescente sin velo que está en coma | Internacional

La organización iraní de derechos humanos en el exilio Iran Human Rights (IHR) ha pedido una investigación internacional independiente sobre “los hechos que llevaron a la hospitalización” de una adolescente de 16 años que desde el pasado domingo está ingresada en coma en el hospital militar Fajr de Teherán. Según otros grupos de derechos humanos iraníes, la adolescente, identificada como Armita Geravand, acabó en la unidad de cuidados intensivos de ese centro después de un violento altercado con los agentes de la policía de la moralidad, que la increparon por no llevar velo y la empujaron contra una barra metálica del metro de la capital, con la que se golpeó la cabeza. Las autoridades iraníes atribuyen el estado de la joven a un desmayo provocado por una lipotimia.

El domingo, día laborable en Irán, la joven, estudiante de Arte, entró en la estación de metro Shohada de Teherán a primera hora de la mañana para acudir a sus clases con dos compañeras de instituto. Según se aprecia en los vídeos del metro difundidos por la agencia oficial IRNA, ninguna de las tres jóvenes llevaba el cabello cubierto. En las imágenes tomadas por una de las cámaras del andén, las tres chicas entran en un vagón y, casi inmediatamente después, se ve cómo las amigas de Armita Geravand la sacan inconsciente del coche.

En esas imágenes poco nítidas no se observa que la joven sea agredida, pero tampoco se ve cómo se desmaya, tal y como asegura la versión oficial. Las organizaciones de derechos humanos iraníes sostienen que el vídeo ha sido editado —aseguran que faltan varios segundos en el minutaje—. Las autoridades iraníes no han difundido las grabaciones del interior del vagón.

Otra organización de derechos humanos, la kurda Hengaw, ha resaltado que la joven fue luego trasladada a un hospital militar “de máxima seguridad”, el Fajr de Teherán, y que los teléfonos de todos los miembros de su familia fueron confiscados. IHR ha recalcado, por su parte, cómo los medios oficiales iraníes “no han publicado las imágenes de la entrada [de la joven] en la estación de metro, de su subida al tren y de los acontecimientos que la llevaron a desmayarse dentro del vagón. Y eso que todas las estaciones de metro y trenes están equipadas con cámaras de videovigilancia. La negativa a publicar las imágenes no hace sino aumentar las dudas sobre la versión oficial”.

Tanto IHR como otras ONG han reproducido testimonios de médicos que indican que es improbable que un desmayo por una bajada de tensión provoque un golpe en la cabeza tan fuerte como para dejar a una persona en coma. Las lipotimias suelen comenzar con un mareo, que el afectado percibe, por lo que suele sentarse o buscar estabilidad agarrándose a algo. Quien sufre una lipotimia siente cómo le flaquean las piernas, tras lo cual se desploma sobre sí mismo, según explican los profesionales.

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“Dado que la República Islámica tiene un largo historial de distorsión de los hechos y ocultación de pruebas de sus crímenes, una investigación internacional independiente es crucial para establecer los detalles. La comunidad internacional debe apoyar dicha investigación presionando a las autoridades de la República Islámica para que acepten una misión de investigación de la ONU”, ha recalcado IHR, una organización con sede en Oslo.

A preguntas de este diario, la Embajada de Irán en España asegura que “lo sucedido” a esta joven “se trata de un hecho que puede ocurrir en cualquier parte del mundo, pero lamentablemente parece que el incidente se va a politizar de nuevo”. “Asistimos, de nuevo, a un intento de politizar un simple accidente. Creemos que se deben tomar en cuenta los hechos y no tanto las olas mediáticas o el chantaje político”, añade.

Dos casos muy similares

Como numerosos activistas y ONG, IHR ha subrayado la llamativa semejanza de este caso con el de la muerte de la joven kurda de 22 años Mahsa Yina Amini, el 16 de septiembre de 2022. Amini pereció bajo custodia de la policía de la moralidad, tras ser detenida tres días antes a la salida del metro de Teherán. Los agentes la habían acusado de no llevar bien colocado el velo obligatorio. Lo sucedido a Amini desencadenó la peor oleada de protestas contra el régimen iraní de los últimos años. Más de 500 personas murieron en los meses siguientes a causa de la represión, según IHR. Al menos 22.000 fueron detenidas y siete hombres jóvenes, ejecutados.

Hengaw ha difundido una imagen filtrada de una joven cuyo aspecto se corresponde con el de las fotografías previas de Armita Geravand, aparentemente conectada a un ventilador mecánico y con la cabeza vendada. Esa fotografía es muy similar a las que se filtraron de Amini intubada, tras ser detenida en septiembre de 2022. Armita, originaria de la provincia occidental de Kermanshah, también es kurda, según esa ONG.

Las organizaciones de derechos humanos han subrayado otros paralelismos. Como sucedió tras la hospitalización de Amini, los periodistas que han tratado de cubrir el caso han sido objeto de acoso. El lunes, una reportera de un diario reformista, el Shargh Daily, fue detenida durante unas horas por haber acudido al hospital Fajr para informar del caso de Armita Geravand, siempre según las fuentes.

Estas semejanzas explican para los activistas iraníes el celo con el que las autoridades iraníes están tratando de desmentir la supuesta agresión de la adolescente por parte de la policía de la moralidad, un caso que está ya teniendo eco internacional. Este jueves, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, ha escrito: “Una vez más una joven en #Iran lucha por su vida. Solo porque mostró su cabello en el metro. Es insoportable”.

“Más de un año después del asesinato por el Estado de Yina (Mahsa) Amini y del inicio del movimiento ‘Mujer, Vida, Libertad’, la República Islámica continúa con su acoso y represión de las mujeres bajo el pretexto de luchar contra la violación del hiyab obligatorio. La comunidad internacional no debe tolerar el apartheid de género de la República Islámica”, ha subrayado en un comunicado el director de IHR, Mahmood Amiry-Moghaddam.

Amenazas

El medio opositor iraní en el exilio Iran International y las ONG citadas han expresado sus sospechas de que los padres de la joven en coma fueron obligados a refrendar la versión oficial bajo amenazas. Dos días después del suceso, el 3 de octubre, la agencia IRNA divulgó una entrevista con ellos en la que la madre balbucea mientras parece tragarse las lágrimas: “Creo que dijeron que le bajó la tensión y que su cabeza golpeó el borde del metro al caer al suelo…”.

La ONG Hengaw sostiene que las autoridades impiden a la familia acompañar a la joven en el hospital, que está “tomado por las fuerzas de seguridad”. Este jueves, esta organización ha denunciado que la madre de la adolescente fue detenida el miércoles por la noche después de que se le impidiera acceder a la habitación de su hija. La agencia semioficial Tasnim, vinculada al ejército paralelo de la Guardia Revolucionaria, lo ha desmentido luego.

En la nota en respuesta a las preguntas de EL PAÍS, la Embajada iraní en España niega que se haya obligado a estos padres a secundar la versión oficial: “No existe razón alguna para obligar a los familiares a dar entrevistas; es absurdo. Las imágenes de las cámaras de metro se han publicado incluso en las redes sociales. Se pueden consultar en internet fácilmente”.

La agencia IRNA ha divulgado entrevistas con las dos amigas que acompañaban a Armita el día del suceso. Las dos chicas repitieron la versión de las autoridades. Según las citadas ONG iraníes, tanto ellas como los estudiantes y profesores del instituto de la adolescente en coma han sufrido amenazas de las fuerzas de seguridad.

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